Acaban de publicarse los resultados de la última encuesta ESTUDES 2018-2019, que se realiza en España cada 2 años desde 1994, con el objetivo de conocer la situación y las tendencias del consumo de drogas y otras adicciones entre los estudiantes de 14 a 18 años que cursan Enseñanzas Secundarias, con una muestra valida final de 38.010 alumnos.
De los resultados destaca el consumo de bebidas alcohólicas como la sustancia psicoactiva más consumida entre los estudiantes, con una edad media de inicio a los 14 años. El 77,9% las ha consumido en alguna ocasión en su vida y casi la mitad (44,5%), reconocen haberse emborrachado en los últimos 12 meses, habiendo tenido lugar la primera borrachera a los 14,8 años.
El tabaco es la segunda droga que más consumen, su uso ha aumentado desde la anterior encuesta en 2016, si bien la edad de inicio del consumo se mantiene estable en los 14,1 años. Han consumido tabaco alguna vez el 41,3%, y más de la cuarta parte (26,7%) lo han hecho durante los 30 días previos a la realización de la encuesta, siendo ya fumadores diarios el 9,8%, aun cuando el 40% se han planteado ya, alguna vez, dejar de fumar.
En esta encuesta destaca notablemente el aumento de la utilización de cigarrillos electrónicos, son ya casi la mitad, 48,4%, los estudiantes que los ha utilizado en alguna ocasión en 2018-2019, más del doble de los valores de 2016 (20%), sobre todo los varones y en particular el grupo de 16 años, que usan estos dispositivos en un 57,0%.
El cannabis es la tercera en el consumo de drogas entre los estudiantes de enseñanzas secundarias, una tercera parte de ellos admiten haber consumido cannabis en alguna ocasión en su vida, lo que significa una tendencia ascendente en el consumo de esta sustancia. En 2018 han empezado a consumir hachís o sus derivados 222.000 estudiantes, por término medio antes de cumplir los 15 años, y aun cuando esta droga es consumida sobre todo por los varones, en este año son más las alumnas que han iniciado el consumo. Por otra parte la mayoría de los consumidores fuman cannabis mezclándolo con tabaco (87,1%), lo que de alguna manera desmonta la opinión de muchos jóvenes que refieren que fuman cannabis porque es menos perjudicial que el tabaco, ya que al final fuman las dos sustancias y además no es cierto pues, al margen de los efectos crónicos de ambas drogas, el consumo de cannabis se asocia con diversos efectos adversos a corto plazo sobre la salud, entre los que destacan el elevado riesgo de consumir otras drogas y un aumento del número de ellos que por culpa de esta sustancia padecen trastornos del comportamiento y psicosis, trastornos que aumentan en su frecuencia e intensidad cuanto más temprano se inicia el consumo, con la cantidad fumada y cuando mayor es la pureza o potencia del cannabis usado.
Las bebidas energéticas con alto contenido en cafeína (Monster, Red Bull, Burn, Coca Cola Energy, etc.) son consumidas por 4 de cada 10 estudiantes de 14 a 18 años en los últimos 30 días, siendo la prevalencia mayor en los chicos (49,7%) que en las chicas (31,1%).
El consumo de cocaína o de éxtasis, alguna vez en la vida, es inferior al 3% y el resto de sustancias analizadas registran porcentajes de consumo inferiores al 2%. Estas drogas ilegales son consumidas por primera vez entre los 15,2 y los 15,4 años.
De forma global, vemos que la prevalencia de consumo es superior en las mujeres para bebidas alcohólicas, tabaco e hipnosedantes, mientras que cuando se trata de sustancias ilegales estas prevalencias son mayores en los varones, aumentando la frecuencia de uso según aumenta la edad de los estudiantes.
Entre los factores de riesgo favorecedores del consumo entre los estudiados, destaca que el hecho de salir de noche se asocia estrechamente a consumir diferentes sustancias. Así cuando los alumnos han salido al menos una noche al mes, el consumo de bebidas alcohólicas es mayor del 80%, siendo fumadores entre el 42% y el 60% de los que salen al menos una noche a la semana. Así mismo, como dice literalmente el informe del Plan nacional sobre drogas: “el consumo de cannabis es minoritario entre los adolescentes que no han salido por la noche en el último año o han salido de forma puntual (menos de una noche al mes). Sin embargo, la prevalencia aumenta cuando empieza a registrarse cierto hábito de salidas nocturnas, siendo más de la mitad los alumnos que consumen cannabis cuando manifiestan salir más de 4 noches a la semana”. También “Se contempla el mismo escenario respecto al consumo de cocaína, que registra una prevalencia residual entre los estudiantes que salen menos de una noche a la semana y alcanza el máximo valor entre aquellos que salen más de 4 noches a la semana (10,6%)”.
En la encuesta se valora también el uso de internet, y los datos obtenidos establecen que el 20% de los estudiantes realizan un uso compulsivo de internet y el 82,2% de los encuestados manifiesta haber jugado a videojuegos en el último año, casi el 50% a juegos online, aunque lo más preocupante es que el 17,4 % de los varones, por sólo el 3,6 % de las mujeres, han realizado apuestas de dinero online y aún más grave es que el 30,7 % de los chicos y el 15,3 % de las chicas han jugado dinero de forma presencial, en salones de juego en los que tienen prohibida su entrada hasta los 18 años, lo que indica el grave problema de ludopatía que está aumentando de forma desmesurada en España, fruto de la descontrolada publicidad para realizar apuestas deportivas y del crecimiento exponencial de las salas y salones de juego existentes.
El hecho de que la edad del primer consumo se produzca entre los 14 y los 15,2 años, pone de manifiesto el alto riesgo que tienen los adolescentes de iniciarse en el consumo de drogas a unas edades en las que el cerebro aún se encuentra en plena maduración. Por ello, sin haber completado todavía el desarrollo de los complejos procesos neurofisiológicos cognitivos y conductuales, que los van a capacitar para abordar con éxito las múltiples situaciones emocionales, de razonamiento y relacionales de esta época de la vida, así como para la toma de decisiones y afrontamiento de los momentos de estrés que se dan en su vida social, laboral y familiar; procesos todos estos que se inician sobre los 12 años y se completan entre los 22 y 24 años.
Además, es durante estas edades que los adolescentes tienen las mayores necesidades para la búsqueda de novedades, emociones y desarrollo de una personalidad propia, que les conducen a probar y experimentar múltiples cosas, también las drogas, a veces de forma impulsiva sin considerar los riesgos y consecuencias de sus acciones, por lo que es cuando hay que organizar y estructurar planes institucionales, desde el gobierno, autonomías y municipios, que faciliten el desarrollo de sus necesidades y favorezcan su socialización sin tener que recurrir al consumo de drogas, permitiéndoles completar todas estas fases y etapas vitales en actividades alejadas del consumo (clubes deportivos, culturales, defensa, musicales, baile, artísticos, etc.). Además, desde la familia hay que estar muy alerta para conseguir ser capaces de reestructurar, si fuera necesario, nuestra forma de relación con nuestros hijos, compartiendo tiempo con ellos, conociendo a sus amistades, supervisando su desarrollo y dotándolos de habilidades para disminuir los riesgos y facilitar su bienestar.
El informe se encuentra disponible en la red, en el siguiente enlace: http://www.pnsd.mscbs.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/ESTUDES_2018-19_Informe.pdf
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia