Desde hace muchos años, cuando llega la época de los exámenes finales, existen estudiantes que para disminuir el sueño, estar menos cansados, tener mayor energía y mejorar su rendimiento académico, utilizan café y complejos vitamínicos o bebidas energéticas, pero otros, tal vez influidos por las leyendas urbanas, buscan la “ayuda” de sustancias químicas, considerando que podrán concentrarse y rendir más, y que utilizándolas puntualmente, son inofensivas.
En los años 70, con el objetivo de mejorar su capacidad de estudiar, algunos estudiantes empezaron a usar anfetaminas (fundamentalmente Katovicr, Centraminar y Dexedrinar), sustancias que fueron prohibidas al aparecer problemas médicos y casos de dependencia, y aunque no eran realmente eficaces, se incorporaron a las fantasías estudiantiles.
Actualmente, según los datos de la encuesta ESTUDES 2023, realizada por el Plan Nacional sobre Drogas a escolares de 14 a 18 años, el 7,3% (7,6% chicas y 6,9% chicos) afirman haber consumido alguna vez en la vida sustancias estimulantes para mejorar el rendimiento en los estudios. De las sustancias analizadas, algunas son estimulantes del sistema nervioso central: anfetaminas, cocaína y Metilfenidato (fármaco este utilizado en el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH). Otras se usan para tratar la somnolencia excesiva en la narcolepsia (Modafinilo), o para mejorar la memoria en personas diagnosticadas con enfermedad de Alzheimer (Donepezilo), y el Durvitan es un estimulante que contiene 300 mg de cafeína. De todas ellas, entre los alumnos que las han tomado, es la cocaína la más consumida (23,4%), seguida del metilfenidato (18,9%) y las anfetaminas (15,3%).
¿Cómo afectan al cerebro los medicamentos para estudiar?
Estos fármacos, son eficaces y tienen efectos favorables en las personas con patologías muy concretas que los necesitan, ya sea para tratar el TDAH, la narcolepsia o la demencia, pues pueden aumentar el nivel de alerta o de atención, también pueden disminuir el cansancio, la fatiga y la somnolencia. Pero no están indicados para su uso indiscriminado, sin indicación médica, como potenciadores de la mente para el estudio, y sus beneficios no son consistentes más allá del efecto placebo favorecido por las creencias o fantasías de que les serán útiles para concentrarse y no perder la atención, como a personas con TDAH.
La realidad es que no existe ningún fármaco eficaz para aumentar la capacidad de aprendizaje ni la memoria, tampoco para mejorar la inteligencia abstracta, la concentración o la capacidad para pensar y estar alerta. Además, la cocaína, a pesar de ser una droga estimulante muy potente del sistema nervioso central, es una droga con una intensa capacidad adictiva, que lejos de aumentar la concentración, la memoria o el aprendizaje, lo alteran y tiene muy importantes efectos secundarios. Siendo sorprendente que sea valorada por algunos jóvenes como una sustancia útil para estudiar, aunque muy probablemente esta sea una excusa para “justificar” su consumo.
Riesgos de los medicamentos para estudiar
Estos medicamentos y drogas pueden presentar efectos secundarios indeseables o causar complicaciones, potencialmente graves. Así:
Los consumos ocasionales pueden producir hipertensión arterial, arritmias cardiacas, temblor, estado de ánimo anormalmente eufórico, ansiedad, irritabilidad, convulsiones, alucinaciones e incluso accidente cerebro-vascular. Y cuando se toman de forma prolongada, lo que producen es una disminución del rendimiento, porque al dormir poco se produce una disminución metabólica de las áreas prefrontales del cerebro, que son las que regulan las funciones ejecutivas: razonamiento crítico, toma de decisiones, pensamiento abstracto y capacidad de planificar adecuadamente y, consecuentemente el rendimiento es escaso pues aumenta la distracción, se pierde la capacidad de atención o se presta a cosas equivocadas que además no se memorizan adecuadamente aunque se tenga la sensación de estar rindiendo.
También, dependiendo de que sustancias se tome, puede existir anorexia, ansiedad, insomnio, cambios de humor, confusión, despersonalización, psicosis, depresión y pensamientos suicidas o autodestructivos, y cuando se lo que se consumen son anfetaminas o cocaína existe además un alto riesgo de abuso y dependencia.
Los riesgos para la salud no son los únicos inconvenientes de estos “fármacos para estudiar”, pues al ser ilegales o utilizarlos sin receta médica pueden ser causa de expulsión del centro de estudios, multas e, incluso, cometer delitos y acabar en la cárcel.
Alternativas para alcanzar el éxito sin usar fármacos ni drogas
Los jóvenes actuales están más preparados que antes, pero muchos no rinden adecuadamente o fracasan. Muchas veces porque el uso de las redes sociales y de juegos on-line, entre otros, los llevan a dejar los estudios para más tarde, considerando que lo tienen todo controlado, que todo está en la Red y que tienen tiempo suficiente, llevando una vida desestructurada, que les impiden alcanzar las metas que desean.
Para conseguir potenciar la concentración, combatir el estrés y alcanzar el éxito se precisa:
- Esfuerzo y orden.
- Planificar de forma realista los estudios desde el principio.
- Hábito de estudio diario, entendiendo y ampliando los apuntes, ya que si se utilizan los trabajos realizados por otros o por la inteligencia artificial (que pueden ser una ayuda) se pierde capacidad de comprensión y fijación de lo estudiado. Solo después hacer guiones y resúmenes.
- Realizar simulacros de exámenes.
- Descansos programados, cortos, evitando las pantallas y aquellas actividades que saben que los desconcentran.
- Realizar ejercicio físico regularmente, aunque sólo sea caminar a paso rápido. Mejora el estado de ánimo, ayuda a dormir, reduce el estrés, favorece la concentración, la memoria y el aprendizaje.
- Comer de saludablemente. Una buena nutrición es necesaria para tener el cuerpo sano y la mente sana. La dieta mediterránea con frutas, verduras, cereales, pescado y proteínas magras es una magnífica opción.
- Dormir lo suficiente es fundamental para que el cerebro utilice toda su capacidad ejecutiva.
- Meditación. Unos pocos minutos cada día disminuyen la ansiedad y despejan la mente.
Los medicamentos no sustituyen al propio esfuerzo, ni mejoran la capacidad de comprender, entender y memorizar. ¡Si no eres bueno y trabajador una pastilla no te transforma en un genio!
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia